viernes, 11 de enero de 2013

Prestarás y no pedirás prestado


Deuteronomio 28:12 
Te abrirá Jehová su buen tesoro,
el cielo, para enviar la lluvia a tu tierra en su tiempo,
y para bendecir toda obra de tus manos.
Y prestarás a muchas naciones,
y tú no pedirás prestado.

La abundancia que llegaba con las oportunas lluvias tempranas y tardías fue uno de los medios principales por los cuales la tierra del pueblo escogido era tan extraordinariamente fructífera.

En este capítulo encontramos una exposición detallada de la bendición y la maldición.

Son cosas reales que tienen efectos reales.

Aquí las bendiciones son puestas antes que las maldiciones, porque Dios es lento para la ira, pero rápido para mostrar misericordia.

A Dios le gusta bendecir.

Pero, la bendición es prometida con la condición de que obedezcan a su voz.

Tenían que esforzarse en conservar la ley, su forma y poder, en sus familias y su nación, entonces la providencia de Dios prosperaría todas sus preocupaciones externas.

Si haces lo mismo, tú prestarás a muchas gentes, y no pedirás prestado, es decir, Dios te pondrá en superabundancia para que seas capaz de ayudar a otros.


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