martes, 8 de enero de 2013

Ponerse de pie



Ezequiel 2:2
Y luego que me habló,
entró el Espíritu en mí y me afirmó sobre mis pies,
y oí al que me hablaba.


Hijo de hombre, frase que en el libro de Ezequiel aparece 87 veces y que sólo fue aplicado a Ezequiel y una sola vez a Daniel, indica tu pequeñez, como ser humano frente a la Gloria de Dios.

Pero, a ese frágil hombre viene el Espíritu.

La palabra hebrea que puede traducirse, según los contextos, por viento que sopla con fuerza, aliento vital, espíritu, y la acción misteriosa de Dios que comunica la inspiración profética y transforma radicalmente el interior del hombre se refiere a la persona del Espíritu Santo.

Es así que el vocabulario de Ezequiel hace resaltar el ímpetu con que el Espíritu de Dios lo invade:

lo hace entrar en éxtasis (3.24),

lo levanta (3.12; 8.3),

lo traslada de un lugar a otro,

o se le manifiesta como la fuerza que penetra dentro de los cuerpos inanimados para darles vida (37.5).

Ponerse “Sobre los pies” es la actitud adecuada cuando el profeta es llamado a caminar y trabajar por Dios.

Si tienes el llamado de Dios, debes ponerte de pie y avanzar en su propósito.

Levántate, ¡comienza ahora!



No hay comentarios:

Publicar un comentario