miércoles, 30 de enero de 2013

El fracaso de la puerta giratoria


Mateo 11.28
Vengan a mí los que están trabajados y cargados y yo los haré descansar.

Aunque la ley es santa, justa y buena, el vivir por ella es tratar de ganar la salvación por obras y no por gracia.

El querer vivir la santidad por la ley, legalismo o normas ocasiona que el pecado crezca porque expone y revela nuestra condición pecaminosa.

El vivir por reglas auto-impuestas no tiene ningún valor para “reprimir” la sensualidad (la carne).
El legalismo: es tratar de obtener las bendiciones de Dios obedeciendo la ley.

Te enfoca en tus habilidades, en lo que puedes hacer, te miente que tu espiritualidad es el resultado de lo que vos hacés y no de lo que Dios ha hecho por ti.

Tuerce la ley de Dios para hacer posible el poder cumplirla, produce auto-justificación, esclavitud, desgaste y fracaso, NUNCA produce AMOR Y LIBERTAD.

 “La puerta giratoria” provoca dos ciclos de fracasos: Inténtalo más duro (y como no funciona en el interior, sólo produce FARSANTES); luego te dice, abandónalo.

Produce fracaso y apagón espiritual, terminas alejándote de Dios porque no puedes alcanzarlo.

¿Qué pasó con Mateo 11.28-30?

La muerte y resurrección de Cristo es suficiente para salvarte.

No necesitas hacer obras buenas para salvarte.

Debes hacerlas, porque eres salvo. Pero, la salvación es por gracia.

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