martes, 22 de enero de 2013

Aguas sin límites


Ezequiel 47:5 

Midió otros mil,
 y era ya un río que yo no podía pasar,
porque las aguas habían crecido de manera que el río no se podía
pasar sino a nado.

El profeta Ezequiel vio las aguas que salían del Santuario y de la Puerta para inundar a las naciones. El derramamiento fue progresivo y geométrico.

Vas a tener que cambiar tu habilidad, en las aguas profundas ya no se puede caminar, ni medir la acción del Espíritu, sólo puedes seguir a nado. Vienen aguas profundas, aguas sin límites humanos.

Pero, debes cambiar las estructuras humanas, dejar el caminar lento y los límites que le hemos al Espíritu de Dios.



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