jueves, 3 de enero de 2008

La culpa es del que enseña

En agosto de 2008, estamos consternados por ciertos acontecimientos que ocurren en la Argentina. La prensa nacional se ocupó esta semana de privilegiar en su agenda, hasta el morbo, hechos de violencias que superan nuestra capacidad de asombro. Delitos mafiosos, violaciones, crímenes, asaltos, venta de alcohol y Viagra a adolescentes en kioscos y las lista sigue...

Cuando vemos este panorama, nos preguntamos ¿Qué país les estamos dejando a nuestros hijos? ¿Qué estamos haciendo? ¿De quién es la culpa de los asesinatos, violaciones, corrupción y males que estamos viendo, azorados? ¿De dónde vienen? ¿Cómo se originan los defectos peligrosos de nuestra sociedad?

Para contestar estas preguntas, es preciso centrar nuestro análisis en qué estamos enseñando a las nuevas generaciones. Y no sólo en nuestras escuelas, sino también, a través de los medios de comunicación, de la moda, las tendencias, las costumbres familiares y sobre todo, con nuestro ejemplo.

Nosotros deducimos que el problema de la Argentina de hoy vienen de enseñar que no hay Dios, que el mundo se creó por casualidad, que todo lo que existe es para satisfacernos y que a cualquier costo o precio debemos cumplir nuestro sueños; porque señores, el centro de todo es el hombre, sí, el foco del universo eres tú (con tono irónico, obvio).

Pero qué terrible puede ser esto cuando los sueños que tenemos son invertidos y perversos. Porque ¿cuáles son nuestros sueños? ¿Cuál es tu sueño? Un violador, contesta: “mi sueño es violar”. Un asesino contesta: “mi sueño es matar”. Un avaro dice: “mi sueño es acumular riquezas, aunque tenga que vender drogas, muchos morirán pero yo cumpliré mi sueño”.

Esta bien esta bien. Sé que exageramos un poco. Pero en ese sentido vamos. ¿Cuánto falta para que despenalicen las drogas? ¿Cuánto falta para que se legalice el aborto? ¡Si ya muchos peligrosos delincuentes condenados por la Justicia, cumplen sus condenas cómodamente en sus countries y hasta tienen tiempo de sacarse el rastreador electrónico y salir a delinquir, y hasta cometer homicidios, como sucedió en estos días!

Los medios, la escuela, el saber popular y la universidad de la calle y la universidad en serio, nos enseñan que la verdad y los valores son relativos y cambiantes, determinados por la necesidad humana y, atención!!!, nos enseñan que el hombre tiene en sí mismo el poder para crear un mundo nuevo. ¡Increíble!

Cuidado. Nos estamos metiendo en problemas. Si creemos que no hay Dios entonces no hay pecado. Si no hay pecado entonces puedo hacer lo quiera para satisfacer mi “apetitos”. Y esos ”apetitos” vienen, generalmente, de una mente invertida, de un espíritu de error y de una dirección equivocada de ver cómo funciona el mundo.

Cómo lógica consecuencia todo lo que estamos sembrando, sino cambiamos ya, lo cosecharemos, con dolor, lágrimas y sangre. Urgente, tenemos que dar vuelta la cultura que nos ahoga y nos desalienta. Un cambio es posible. Es fácil. Hay que reconocer la Verdad. Hay que creer en todo lo justo, lo puro, lo amable, lo de buen nombre. Una Argentina diferente es posible pero sobre la base de valores y verdades que producirán amor, gozo y paz.

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