viernes, 18 de enero de 2013

El fruto del amor


Gálatas 5:22 
Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.

Hay oposición entre tinieblas y luz. Entre caos y orden, entre multiplicidad y unidad.

Hay oposición entre las obras de la carne y el fruto del Espíritu.

En este texto se presenta un orden del mundo moral que el Espíritu de Dios crea.

Tres grupos de tres virtudes forman el fruto del Espíritu.

La unidad queda clara por el hecho de que el Apóstol dice «fruto», en singular, y no habla de frutos.

La vida moral del cristiano es, en realidad, muy sencilla: servir por amor.

En el amor a los demás es donde primero sale a luz y madura la acción del Espíritu. Es un fruto visible.

En el Espíritu, el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones. En el amor, la fe pasa a la acción.

Toda obra de un cristiano, en la medida en que no sea una obra «carnal», debe tener este amor, como fruto del Espíritu

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