Isa 43:25 Yo, yo soy
el que borro tus rebeliones por amor de mí mismo, y no me acordaré de tus
pecados.
Aquí aparecen las increpaciones divinas referidas a una
situación pre-exílica, en la que el pueblo se apoyaba en los sacrificios la
expiación de sus propios pecados (Is 1,11-15).
Parece como si el orgullo del pasado permaneciera aún en el
presente. Dios denuncia tal actitud como absurda, puesto que la rebeldía de los
antepasados incide en quienes integran hoy el pueblo (=personalidad
corporativa).
Dios pide a su pueblo a que cambie su actitud de angustia
por el hecho de haber quedado sin templo y, por lo mismo, sin sacrificios. NO
ES LO IMPORTANTE.
Lo importante es afianzar tu actitud de confianza en la
ayuda divina.
Sólo Dios tiene la fuerza suficiente para consolidar tu
auténtica liberación.
Libre de verdad y para siempre, ¡Así somos!
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