lunes, 21 de mayo de 2012

La libertad sólo viene de Dios


Isa 43:25  Yo, yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mí mismo, y no me acordaré de tus pecados.

Aquí aparecen las increpaciones divinas referidas a una situación pre-exílica, en la que el pueblo se apoyaba en los sacrificios la expiación de sus propios pecados (Is 1,11-15).

Parece como si el orgullo del pasado permaneciera aún en el presente. Dios denuncia tal actitud como absurda, puesto que la rebeldía de los antepasados incide en quienes integran hoy el pueblo (=personalidad corporativa).

Dios pide a su pueblo a que cambie su actitud de angustia por el hecho de haber quedado sin templo y, por lo mismo, sin sacrificios. NO ES LO IMPORTANTE.

Lo importante es afianzar tu actitud de confianza en la ayuda divina.

Sólo Dios tiene la fuerza suficiente para consolidar tu auténtica liberación.

Libre de verdad y para siempre, ¡Así somos!

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