domingo, 15 de septiembre de 2013

Dios tiene planes para ti pero también un tiempo para cumplirlos

Gálatas 4:4
Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo,
Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley.

Las cosas correctas se hacen en el tiempo correcto.
El Padre esperó el tiempo adecuado para enviar a su hijo,
Jesús esperó el tiempo preciso para morir en la cruz;
El  Espíritu Santo esperó su tiempo para derramarse en el día de Pentecostés;
Abraham, José, Moisés, David, y tantos héroes de la fe esperaron su tiempo.
Nosotros también debemos esperar nuestro tiempo.
Apurarnos  no es bueno; retrasarnos tampoco.
Dios tiene un propósito y planes para ti; pero también tiene tiempos para cumplir esos planes.
No te quejes, ni le eches la culpa por tu fracaso al lugar donde naciste, o a tu barrio, o a tu familia.
El contexto no es un pretexto porque ninguna circunstancia te puede alejar de los planes que Él tiene  para ti.
Tú naciste como un propósito de Dios, y no importa el lugar donde naciste, cómo naciste y de quién naciste.
Dios es el que empezó en ti la buena obra y la va a perfeccionar.
Lo que Jesús comienza como bueno, lo termina como perfecto.



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