Isa 55:10
Porque como desciende de los cielos la lluvia
y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra, y la hace germinar y
producir, y da semilla al que siembra, y pan al que come,
Los
corazones de los hombres antes estériles
en cuanto a espiritualidad, se los hará que, mediante el derramamiento del
Espíritu por el Mesías, produzcan los frutos de justicia; y la
nieve- una vez derretida en la primavera, riega la tierra y no vuelve
allá- vacía, como en el v. 11; no vuelve en la misma forma, o sin “cumplir” el
fin deseado.
La lluvia puede parecemos perdida cuando cae en un
desierto, pero cumple algún propósito de Dios.
Así la Palabra de Dios, cayendo en un corazón duro,
al final produce algún cambio; y aunque no lo produjera, deja al hombre sin excusa.
Aquí hay
una oferta llena de gracia, de perdón y paz, y de toda felicidad. No será en
vano buscar a Dios.
Ahora su palabra nos
está llamando.
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