martes, 26 de junio de 2012

Regando los corazones duros

Isa 55:10  
Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra, y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra, y pan al que come,

Los corazones de los hombres antes estériles en cuanto a espiritualidad, se los hará que, mediante el derramamiento del Espíritu por el Mesías, produzcan los frutos de justicia; y la nieve- una vez derretida en la primavera, riega la tierra y no vuelve allá- vacía, como en el v. 11; no vuelve en la misma forma, o sin “cumplir” el fin deseado.

La lluvia puede parecemos perdida cuando cae en un desierto, pero cumple algún propósito de Dios.

Así la Palabra de Dios, cayendo en un corazón duro, al final produce algún cambio; y aunque no lo produjera, deja al hombre sin excusa.

Aquí hay una oferta llena de gracia, de perdón y paz, y de toda felicidad. No será en vano buscar a Dios.

Ahora su palabra nos está llamando

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