2Re 6:17
Entonces Eliseo oró
diciendo:
—Te ruego, oh Jehová,
que abras sus ojos
para que vea.
Jehová abrió los
ojos del criado,
y éste miró;
y he aquí que el monte
estaba lleno de gente de a caballo y carros de fuego,
alrededor de Eliseo.
Abre
tus ojos para que veas la guardia invisible de ángeles que nos rodean y
defienden.
El abrir
de ojos que pidió Eliseo, fue el de los ojos del Espíritu, y no del cuerpo.
Los
ojos de la fe ven la realidad de la presencia y protección divinas, donde todo
es vacío y obscuridad al ojo ordinario.
Los
caballos y carros eran símbolos del poder divino; y su naturaleza ardiente
significaba su origen sobrenatural; porque el fuego, el más etéreo de los
elementos terrestres, es el símbolo más apropiado de la divinidad.
Abre
tus ojos espirituales y mira.
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