Mateo 6:12 –
Y perdónanos nuestras deudas,
como también nosotros perdonamos a nuestros deudores.
Ninguna oración es completa sin este elemento.
Nuestras deudas expresa lo que debemos a otros.
Creamos una deuda para con Dios cuando no cumplimos lo
que debemos hacer.
Jesús une en forma inseparable el recibir perdón de
Dios y nuestra disposición de perdonar a otros (Col. 3:13: soportándoos unos a
otros, y perdonándoos unos a otros si
alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó,
así también hacedlo vosotros. (Noten el orden).
El verbo nosotros perdonamos es un
pretérito indefinido, indicando acción ya realizada.
Lucas agrega a todos los que nos deben (Lucas 11:4),
evitando la práctica del perdón
selectivo
Antes de que una persona pueda hacer esta petición
debe tener convicción de pecado.
El pecado no es una palabra popular hoy en día.
A los hombres y a las mujeres más bien les fastidia
que los llamen, o que los traten como pecadores
que merecen el infierno.
Lo malo es que casi todo el mundo tiene una idea
equivocada del pecado. Están de acuerdo en que un ladrón, un borracho, un
asesino, un adúltero, un blasfemo, son pecadores; pero ellos no son culpables de ninguno de estos pecados; viven una
vida “decente, normal y corriente, respetable” y nunca han estado en peligro de
que los llevaran a juicio, o a la cárcel.
Por tanto creen
que eso del pecado no tiene nada que ver con ellos.
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