domingo, 10 de febrero de 2013

El pecado no es una palabra popular hoy en día.


Mateo 6:12 –
Y perdónanos nuestras deudas,
como también nosotros perdonamos a nuestros deudores.

Ninguna oración es completa sin este elemento.

Nuestras deudas expresa lo que debemos a otros.

Creamos una deuda para con Dios cuando no cumplimos lo que debemos hacer.

Jesús une en forma inseparable el recibir perdón de Dios y nuestra disposición de perdonar a otros (Col. 3:13: soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros. (Noten el orden).

El verbo nosotros perdonamos es un pretérito indefinido, indicando acción ya realizada.

Lucas agrega a todos los que nos deben (Lucas 11:4), evitando la práctica del perdón selectivo

Antes de que una persona pueda hacer esta petición debe tener convicción de pecado.

El pecado no es una palabra popular hoy en día.

A los hombres y a las mujeres más bien les fastidia que los llamen, o que los traten como pecadores que merecen el infierno.

Lo malo es que casi todo el mundo tiene una idea equivocada del pecado. Están de acuerdo en que un ladrón, un borracho, un asesino, un adúltero, un blasfemo, son pecadores; pero ellos no son culpables de ninguno de estos pecados; viven una vida “decente, normal y corriente, respetable” y nunca han estado en peligro de que los llevaran a juicio, o a la cárcel.

Por tanto creen que eso del pecado no tiene nada que ver con ellos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario