jueves, 14 de febrero de 2013

La entrega para seguir a Jesús



Lucas 9:57 a 61
Yendo ellos, uno le dijo en el camino:
Señor, te seguiré adondequiera que vayas.
Y le dijo Jesús:
Las zorras tienen guaridas, y las aves de los cielos nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza.
Y dijo a otro:
Sígueme. El le dijo: Señor, déjame que primero vaya y entierre a mi padre.
Jesús le dijo: Deja que los muertos entierren a sus muertos; y tú vé, y anuncia el reino de Dios.
Entonces también dijo otro:
Te seguiré, Señor; pero déjame que me despida primero de los que están en mi casa.
Y Jesús le dijo:
Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios.

La docilidad y disponibilidad incondicional es la base del seguimiento exigido por Jesús.

Esto no se entiende en función de la relación que tenían los doctores de la ley, entre maestro y discípulo.

Sino desde la autoridad que no tiene igual, autoridad que no tuvo ninguno de los profetas, sino únicamente aquel a quien Dios ha dado todo el poder.

Si sos discípulo debes mostrar a este Señor.

Con tu seguimiento.

Con tu obediencia incondicional.

Y, con tu entrega total.

Jesús hoy exige esta docilidad y disponibilidad incondicional, teniendo en cuenta tu situación particular y el proceso del tiempo que lleva el llamado de Dios en tu vida.

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