1Re 18:41
Entonces Elías dijo a Acab: Sube, come y bebe; porque una lluvia
grande se oye.
1Re 18:42
Acab subió a comer y a beber. Y Elías subió a la cumbre del Carmelo, y
postrándose en tierra, puso su rostro entre las rodillas.
1Re 18:43
Y dijo a su criado: Sube ahora, y mira hacia el mar. Y él subió, y
miró, y dijo: No hay nada. Y él le volvió a decir: Vuelve siete veces.
1Re 18:44
A la séptima vez dijo: Yo veo una pequeña nube como la palma de la
mano de un hombre, que sube del mar. Y él dijo: Vé, y dí a Acab: Unce tu carro
y desciende, para que la lluvia no te ataje.
1Re 18:45
Y aconteció, estando en esto, que los cielos se oscurecieron con nubes
y viento, y hubo una gran lluvia.(B)
Y subiendo Acab, vino a Jezreel.
1Re 18:46
Y la mano de Jehová estuvo sobre Elías, el cual ciñó sus lomos, y
corrió delante de Acab hasta llegar a Jezreel.
Stg 5:16 Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y
orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede
mucho.
Stg 5:17 Elías era hombre sujeto a pasiones semejantes
a las nuestras, y oró fervientemente para que no lloviese, y no llovió sobre la
tierra por tres años y seis meses.
Stg 5:18 Y otra vez oró, y el cielo dio lluvia, y la
tierra produjo su fruto.
La oración eficaz, la que produce milagros, no es un privilegio de
unos pocos, como los apóstoles y los profetas. Todos los creyentes pueden orar
con los mismos resultados. Cuando oramos, entonces oramos de acuerdo con la
voluntad del Padre.
Esto es lo que hizo Elías.
1 Reyes 17 y 18 no habla tanto en cuanto a Elías «orando» sino
proclamando lo que conocía como la palabra y voluntad de Dios.
Las únicas oraciones que son respondidas son las oraciones de acuerdo
con la voluntad de Dios.
La intimidad con el Padre no sólo es la clave para la oración
efectiva, es la esencia de la oración.
La combinación de autoridad e intimidad hace efectivas a nuestras
oraciones.
Leí del cardiólogo Randolph C. Byrd del Hospital General de San
Francisco dividió 400 pacientes cardíacos al azar en 2 grupos de 200. Más
nadie, ni los pacientes ni el personal médico, sabían quién estaba en qué
grupo. Un grupo de cristianos renacidos oraba por un grupo y nadie oró por el
otro grupo. El grupo por el cual se oró desarrolló muchísimas menos
complicaciones y murieron menos de ellos.
Y del Pastor Waymon Rodgers quién fundó el Centro de Vida Cristiana en
Louisville, Kentucky, a comienzos de los ochenta. El Centro creció hasta 500
personas, pero entonces decreció de forma abrupta a unas 200. Rodgers se
desanimó y comenzó a buscar otra iglesia. Entonces vino una palabra de
Dios: «Te he llamado a Louisville, y te daré las llaves de la ciudad».
Resultó que la llave era la oración. Rodgers, que ahora está con el
Señor, retó a 7 diáconos para que oraran con él 1 hora al día. Presentó la
necesidad a la congregación y 100 de los 200 accedieron a orar regularmente por
la iglesia. Comenzó a orar y mantuvo una cadena de oración 22 horas al día. La
iglesia creció en fe y compró 154 hectáreas para instalar una montaña de
oración estilo coreana con grutas de oración, cuartos estilo motel y una
capilla. Designaron cada jueves como día de oración y ayuno.
En el Centro de Vida Cristiana, la oración no era mera retórica, era
acción viva. La iglesia cambió casi instantáneamente. Creció casi a 2.000 y
luego a 6.000. Para ese entonces se había convertido en el centro desde el cual
se plantaron 55 nuevas iglesias en el estado.
Prueba la oración.
La oración es poderosa.
¡Da resultados!
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