lunes, 25 de noviembre de 2013

Dios no quiere que te pierdas

La fe es para preservarnos

Hebreos 10:38 
Mas el justo vivirá por fe;
Y si retrocediere, no agradará a mi alma.

La voluntad de Dios no es que te pierdas.

Muchos han sido tocados por Dios, lloraron, se quebrantaron, se liberaron.

Pero, ¿Dónde están hoy? Muchos se apartaron. Es un mal de las personas. Una inconstancia. Inconsistencia; frágil; maleable;
que no resiste sin romperse o que se deforma fácilmente.
Muchos faltan, van para atrás.

A Dios no le gusta perder. Dios no sabe lo que es perder
Hebreos 10.38: “no agradará a mi alma”
Jesús, dijo en Juan 6:39: “Y esta es la voluntad del Padre, el que me envió: Que de todo lo que me diere, no pierda yo nada...”

¿Qué más habló Jesús?
El hijo pródigo en Lucas 15:23: “Y traed el becerro gordo y matadlo, y comamos y hagamos fiesta; porque este mi hijo muerto era, y ha revivido; se había perdido, y es hallado. Y comenzaron a regocijarse”.

Las cien ovejas:
Lucas 15:4  ¿Qué hombre de vosotros, teniendo cien ovejas, si pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto, y va tras la que se perdió, hasta encontrarla?

La moneda perdida…
Lucas 15:8  ¿O qué mujer que tiene diez dracmas, si pierde una dracma, no enciende la lámpara, y barre la casa, y busca con diligencia hasta encontrarla?

Queremos ganar, ganar, ganar.
Pero a veces es para perder, perder, perder.
Queremos ganar, ganar, ganar.
Pero a veces es para gastar, gastar, gastar.

Ganar no es conservar.
“Que ni uno solo se pierda”. Esa es la voluntad de Dios.
Haz un Pacto de nunca dejar.

Hebreos 10:39  Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para preservación del alma.

Una más, en Lucas 9:56: porque el Hijo del Hombre no ha venido para perder las almas de los hombres, sino para salvarlas.

Hay métodos humanos para conservar, como congelar, calentar, pasteurizar que es someter un alimento, generalmente líquido, a una temperatura aproximada de 80 grados durante unos segundos y después enfriarla rápidamente, con el fin de destruir los gérmenes y prolongar su conservación. Ejemplo: una lata de durazno, que se conserva por muchos años.

Así también hay métodos divinos. Dios nos dejó la fe para preservarnos.

Dios le quiere poner fe a tu "lata", para que no te pierdas.

Nosotros somos de los que tienen fe para preservación del alma.


Amén.

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