martes, 31 de julio de 2012

Pobres en espíritu


Mateo 5.3 
Bienaventurados los pobres en espíritu porque de ellos es el reino de los cielos

Las promesas de las bienaventuranzas tienen dos etapas: una en el presente y otra en el futuro, una incompleta y otra perfecta.
Pobre hombre  no significa lo mismo que hombre pobre.

Los pobres en el A.T. son designados como los oprimidos, los afligidos, los miserables y “los necesitados”, literalmente los “pobres” y “hambrientos”.

Pero, los pobres en espíritu “son los necesitados” de Dios. Sin que existan evidencias referentes a su situación económica, es un estado mental. “Sumisos”, “mansos”, “humildes adentro”, no a circunstancias exteriores. 
Absolutamente indigente, sin nada.

En espíritu”, en su más íntima conciencia se dan cuenta de su completa necesidad. Este modesto sentimiento, de que “ante Dios estamos carentes de todo”, se halla en la base de toda excelencia espiritual, de acuerdo con las enseñanzas de las Escrituras.

Primero, debes tener convicción mental de tu pobreza espiritual para acceder a las riquezas de Cristo y ser aptos y estar en condiciones de recibir toda provisión espiritual.

Apoc. 3:17  Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo. Por tanto, yo te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas. 

¡Bendita la persona que es consciente de su total desamparo espiritual, y que pone toda su confianza en Dios!




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