jueves, 12 de julio de 2012

Vino Nuevo para hijos y nietos de pastores


A principio del 2011, mi esposa Alicia y yo vimos un video de una profecía de advertencia para Argentina, dada en el 2008 en el Congreso Mundial de Avivamiento, de Bogotá, Colombia. En ella se revelaba una amenaza: 

“Ola violenta se levanta, impetuosa, como si tuviese autoridad para rapar de las manos los hijos de los ministros. Fuerte viento embravecido se levantará para arrebatar tus niños queriendo seducirlos para lanzarlos al mundo. El fin, que en pocos años no habrá quien tome su lugar ni jóvenes que vengan a Cristo. Correrá carrera contra el tiempo que veloz se los consume. Pelea por ellos porque el plan está decretado, y lo próximo que oirás: será la deserción de los jóvenes de la fila del Señor. Espíritu de apatía ha enviado Satanás. Dulce a las cosas del mundo. Satanás pintará prado para ellos, espíritus de fascinación. Se han prendido las alarmas espirituales. Pero también así dice el Señor: por cada  joven que se disponga para Cristo en Argentina, Dios  usará a uno como si fuera mil. Uno como a mil”.

Nosotros fuimos impactados y el Espíritu Santo nos dijo que el tenía un plan de trabajo para nosotros. En nuestro espíritu sentimos que el Señor nos decía “pelea por ellos, la unción de mil estará sobre ellos, levanten una generación de jóvenes, hagan lo que sea, cualquier cosa para ganar a esos jóvenes en Argentina”.

El 19 de junio del 2011, en una reunión de domingo en nuestra iglesia, el Espíritu Santo llamó a mis cuatro hijos para que recibieran de parte de Él, una unción de mil para servirle.

Ya a fines de ese año, en una reunión de intercesión familiar, el Espíritu Santo me dijo que levantaba un ministerio para hijos y nietos de pastores, comisionando a nuestros hijos para esa tarea. Así les comuniqué en ese día. El Señor les dio detalles del trabajo, inclusive el nombre del ministerio: Vino nuevo.

Finalmente, el sábado 10 de marzo del 2012, en una reunión de avivamiento, también en nuestra iglesia, el Espíritu Santo llamó a todos los hijos y nietos de pastores que estaban presentes y que se congregan con nosotros para ungirlos.

Así, trece chicos, adolescentes y jóvenes fueron llamados a trabajar en esta visión, prometiéndoles la unción de mil. En la mayoría de los casos, los hijos y nietos fueron llenos del Espíritu, recibiendo el Vino Nuevo.

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