sábado, 27 de agosto de 2016

¿Talento o permanencia? De las diez mil horas a mucho fruto

Estudios del psicólogo
K. Anders Ericsson
con dos colegas de la
Academia de Música de Berlín.

Allí dividieron a músicos
en tres grupos.

Grupo 1:
Las estrellas, los que tenían
más potencial para ser
músicos de talla.

Grupo 2:
los que eran
juzgados por sus profesores
como simplemente buenos.

Grupo 3:
los estudiantes que
tenían escasas posibilidades
de acabar dedicándose profesionalmente a la música.

Grupo 1
A los 8 años:
cuatro horas de prácticas.
A los 16 años,
ya practicaban,
14 horas semanales.
A los 20 años,
ya practicaban
unas 30 horas semanales.

Los que tenían 10.000 horas
pertenecían al Grupo 1,
al grupo de las estrellas.

Los miembros del Grupo 2
sumaban como máximo
8.000 horas.

El Grupo 3,
apenas 4.000 horas.

El experimento con otros
dio el mismo patrón:
Los más sobresalientes
siempre habían sumado
al menos 10.000 horas
de prácticas en toda su vida.

El neurólogo Daniel Levitin:
Se requieren diez mil horas
de práctica para alcanzar
el nivel de dominio propio
de un experto de categoría mundial,

en el campo que fuere.
Estudio tras estudio,
se trate de compositores,
jugadores de baloncesto,
escritores de ficción,
patinadores sobre hielo,
concertistas de piano,
jugadores de ajedrez o
de lo que sea,
este número se repite
una y otra vez.

Parece que el cerebro
necesita todo ese tiempo
para asimilar cuanto
necesita conocer para
alcanzar un dominio
verdadero.

¿A cuánto equivale
aproximadamente
esas 10.000 horas
que necesita el
cerebro para volverse
experto?

Unos 10 años.

Importa más el nivel
de preparación
que el talento innato.

Un valor importante:
la constancia.

Juan 15:2 BLS
Si una de mis ramas
no da uvas,
mi Padre la corta;
pero limpia las ramas
que dan fruto para
que den más fruto.

Juan 15:8 NTV
Cuando producen
mucho fruto,
demuestran que son
mis verdaderos discípulos.

Eso le da mucha
gloria a mi Padre.

3 niveles:

1
Fruto

2.
Más fruto

3.
Mucho fruto

Compromiso con Dios
Compromiso con la obra de Dios
Obediencia y sumisión

Permanencia y constancia

¿Talento o permanencia? 
De las diez mil horas a mucho fruto

No hay comentarios:

Publicar un comentario