domingo, 3 de septiembre de 2017

Crecerán las flores en el desierto


Salmo 126:3-4

Grandes cosas ha hecho 
Jehová con nosotros;

Estaremos alegres. 

Haz volver nuestra 
cautividad,  oh Jehová,
como los arroyos del Neguev.

EL NEGUEV

El Neguev es un desierto 
situado al sur de Palestina, 
cuyos arroyos se secan 
en verano y vuelven 
a llenarse de agua en 
la estación de las lluvias.

El viento del mediodía 
derrite las nieves y 
forma los torrentes, 
que fertilizan la tierra.

El desierto cambia
con las lluvias.

Cae la lluvia
en las montañas
y de pronto surgen
los torrentes.

¡Como los torrentes 
del Néguev!

Desierto no de arena,
sino de rocas y 
cauces secos.

נֶגֶב (hebreo)
néguev:
Estar estacionado,
Seco.

(Tu fe, tu integridad, 
tu futuro)

En esta etapa:

Lo que se comenzó, 
se termina.

Lo que se fue, 
vuelve.

Lo que se marchitó,
florece.

Lo que se echaba 
de menos, reaparece.

Lo que perdí,
lo recupero.

Lo que se echó 
a perder, 
se restaura.

Después del desaliento, 
nuevas fuerzas.

Al luto, 
alegría y júbilo.

A la miseria, 
triunfo.

A la ruina,
abundancia y prosperidad.

Donde no había
ni una gota de agua,
de golpe pasa un río.

Al desierto, torrentes 
de aguas vivas.

La tierra sedienta
y más agrietada
de repente se
inunda con ríos.

En pocos días
el desierto
se cubre de flores.

Porque grandes cosas
hará Dios con nosotros.

RHEMA

Josué 15:19
Y ella respondió:  
Concédeme un don;  
puesto que me has 
dado tierra del Neguev,  

dame también 
fuentes de aguas.  

El entonces le dio 
las fuentes de arriba,  
y las de abajo.

Nuestra herencia:
Un desierto
una familia,
un matrimonio,
Un hijo,
Un futuro.
Etc.

¿Para qué me dio
un desierto?

Para que pidas 
manantiales.

Porque en 
ese desierto,
te prosperará.

Crecerán las flores 
en el desierto.

PROCLAMA

Soy uno con Dios,

estoy de acuerdo
con su visión en todo,

vivo en plenitud
de obediencia.

Nací para ganar,

jamás aceptaré 
la derrota.

¡Hoy, nada ni nadie,
me robará la visión!

Veo con los ojos del
Espíritu, lo que Dios 
preparó para mí.

Seré fiel
en cumplir
con el sueño de Dios.

Hoy no permitiré
que nada me distraiga.

Viviré cada día
conectado a luz 
de la revelación.

Mi corazón está
inundado del amor de Dios

y tengo el carácter de Cristo
para no despreciar
las bendiciones.

Honraré sus bendiciones.

Me moveré en abundancia,
prosperidad, bendición
y obediencia,

escuchando siempre
la voz del Espíritu Santo.

Nada me distraerá,
porque ha llegado
la hora de mi posesión.

Mi vida está bajo
un pacto de promesa

Por lo tanto, 
no me dejaré 
engañar.

Cumpliré la Palabra.
Todo lo que Dios
dijo de mí
se cumplirá.

Todo lo que Dios
dijo de mí
fluirá con poder y gloria.

Todo lo que Dios
dijo de mi familia
se cumplirá.

Todo lo que Dios
dijo de mi futuro
se cumplirá.

Conforme a la
Palabra revelada,

hoy, profetizo
sobre mis sueños
muertos:

¡Desierto florece,
como el Neguev!



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