Cerrando brechas en las finanzas

1.
Lujuria:

comprar sin tener
con qué.

“Auto-préstamos”

Gastar hoy para
reponer después.

Es gastar tus ganancias
sin control.

2.
Pereza:

¿Ahorrar para qué?

No hacer nada
con tu dinero
puede consumir
el valor de tus ahorros

Crear una categoría
de ahorro en el
presupuesto para asumir

este valor como
otro deber financiero

Ordenar las finanzas.

Aprenda a cobrar
las deudas.

Si no realizas tus tareas
porque “las puedes hacer
mañana”

Estás cometiendo
una falta grave.

Resolver tus pendientes
es un acto de responsabilidad

que requiere decisión.

No cumplir tus metas
también cuenta como pereza.

3.
Gula:

gastemos, luego
veremos.

“gratificaciones instantáneas”

como festejos o
almuerzos flash
porque "no llueve".

4.
Avaricia:

Todo lo quiero.

Disfrutar del dinero

“Lo importante
no es acumular,

sino saber gastar de
manera inteligente y destinar

nuestros ahorros en
negocios que generen
mayores rendimientos.

Nos gusta gastar dinero
en lo último de moda

Pero los estudios indican
que esta felicidad
no dura mucho

Tener más objetos
materiales no te hará
más feliz.

5. Ira:


Nunca tengo dinero.


Las personas que dicen
‘no tengo dinero’,


compran cosas innecesarias
la impulsividad puede
matar tus finanzas.


Las peores decisiones
se toman en inestabilidad
emocional.


No te dejes controlar
por un arrebato


6.
Envidia:


Todos pueden
menos yo.


Con trabajo y
aprendiendo de los
errores


irás alcanzando
grandes metas.


7.
Soberbia:


Hoy por mí,
mañana por mí.


Seguir una vida de
lujo sin poder hacerlo
solo agranda el “bache”.


“Ser humilde y aceptar
y enfrentar los problemas
para poder resolverlos
es clave”.


Si tus finanzas te
rinden frutos,


no mires con
desprecio a la gente


que te ayudó a
alcanzar el éxito.


No menosprecies a
los que como vos
comenzaron de abajo.


Hebreos 13:5 RV


Sean vuestras costumbres
sin amor al dinero,


contentos con lo que
tenéis ahora; porque
él mismo ha dicho:


Nunca te abandonaré


ni jamás te desampararé.


Hebreos 13:5 BLS


No vivan preocupados
por tener más dinero.


Estén contentos con
lo que tienen, porque
Dios ha dicho en la Biblia:


«Nunca te dejaré
desamparado.»