viernes, 25 de marzo de 2016

El cumplimiento de la profecía es prueba

La incredulidad humana,
los sufrimientos del Mesías
y su triunfo final

Isaías 52:13
Miren, mi siervo prosperará; será muy exaltado.

Isaías 52:14
Pero muchos quedaron asombrados cuando lo vieron. Tenía el rostro tan desfigurado, que apenas parecía un ser humano, y por su aspecto, no se veía como un hombre.

Isaías 52:15
Y él alarmará a muchas naciones; los reyes quedarán mudos ante él. Verán lo que no se les había contado; entenderán lo que no habían oído hablar.

Isaías 53:1
¿Quién a creído nuestro mensaje? ¿A quién ha revelado el SEÑOR su brazo poderoso?

Isaías 53:2
Mi siervo creció en la presencia del SEÑOR como un tierno brote verde; como raíz en tierra seca. No había nada hermoso ni majestuoso en su aspecto, nada que nos atrajera hacia él.

Isaías 53:3
Fue despreciado y rechazado: hombre de dolores, conocedor del dolor más profundo. Nosotros le dimos la espalda y desviamos la mirada; fue despreciado, y no nos importó.
8 siglos antes de Cristo,

Isaías se refirió de una forma increíblemente certera
a los hechos de la crucifixión;
pero más importante aún, habló del propósito de la cruz.

Isaías 53:4
Sin embargo, fueron nuestras debilidades las que él cargó; fueron nuestros dolores* los que lo agobiaron. Y pensamos que sus dificultades eran un castigo de Dios; ¡un castigo por sus propios pecados!

Isaías 53:5
Pero él fue traspasado por nuestras rebeliones y aplastado por nuestros pecados. Fue golpeado para que nosotros estuvieramos en paz, fue azotado para que pudiéramos ser sanados.

Isaías 53:6
Todos nosotros nos hemos extraviado como ovejas; hemos dejado los caminos de Dios para seguir los nuestros. Sin embargo, el SEÑOR puso sobre él los pecados de todos nosotros.

Isaías 53:7
Fue oprimido y tratado con crueldad, sin embargo no dijo ni una sola palabra. Como cordero fue llevado al matadero. Y como oveja en silencio ante sus trasquiladores, no abrió su boca.

Isaías 53:8
Al ser condenado injustamente, se lo llevaron. A nadie le importó que muriera sin descendientes; ni que le quitaran la vida a mitad de camino.* Pero lo hirieron de muerte por la rebelión de mi pueblo.

Isaías 53:9
Él no había hecho nada malo, y jamás había engañado a nadie. Pero fue enterrado como un criminal; fue puesto en la tumba de un hombre rico.

Isaías 53:10
Formaba parte del buen plan del SEÑOR aplastarlo y causarle dolor. Sin embargo, cuando su vida sea entregada en ofrenda por el pecado, tendrá muchos descendientes. Disfrutará de una larga vida, y en sus manos el buen plan del SEÑOR prosperará.

Isaías 53:11
Cuando vea todo lo que se logró mediante su angustia, quedará satisfecho. Y a causa de lo que sufrió mi siervo justo hará posible que muchos sean contados entre los justos, porque él cargará con todos los pecados de ellos.

Isaías 53:12
Yo le rendiré los honores de un soldado victorioso, porque se expuso a la muerte. Fue contado entre los rebeldes. Cargó con los pecados de muchos e intercedió por los transgresores.

Empleando la teoría de la probabilidad,
la eventualidad de que 48 de estas profecías
se cumplieran en una sola persona
es un 1 seguido de 157 ceros (1000000000000000000000000000000000000000000000000000000000).

Mat 8:16 RVA
Y cuando llegó la noche, trajeron a él muchos endemoniados; y con la palabra echó fuera a los demonios, y sanó a todos los enfermos;

Mat 8:17
para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, cuando dijo: El mismo tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias.

No menos de 29 profecías se cumplieron en las 24 horas previas a la muerte de Jesús.
Algunas de las más sobresalientes son:
• Sería crucificado
• Su cuerpo sería traspasado
• Ninguno de sus huesos sería quebrado
• Echarían suertes sobre su ropa
• Oraría por sus verdugos
• Sería ejecutado junto con criminales
• No tomaría represalias
• Sus seguidores lo abandonarían
• Sería traicionado por un amigo de confianza
• El precio de la traición sería de 30 piezas de plata
• Le darían hiel y vinagre

Hechos 3:18
Pero Dios ha cumplido así lo que había antes anunciado por boca de todos sus profetas, que su Cristo había de padecer.


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