martes, 26 de marzo de 2013

Punto de llegada, punto de partida

"...Todavía estoy tan fuerte como el día que Moisés me envió ... 
Dame, pues, ahora este monte...” 

Josué 14:6-14

Caleb toma la palabra delante de Josué, son los únicos mayores de veinte años que salieron de Egipto que entraron en la Tierra prometida.

Para Caleb parece que los años no han pasado; se ve tan fuerte, tan lúcido, tan aferrado a la promesa que Jehová había hecho a su favor, hace cuarenta y cinco años antes.

El secreto de la vitalidad de Caleb es haber cumplido siguiendo a “Jehová su Dios”. 

Ni su mente, ni su fe están viejas.

En estos días donde abundan los desertores, los que defraudan, los que niegan con sus hechos la fe que predican, los que causan tropiezos a los pequeños.

Aprendamos de uno que no pidió vacaciones, pidió pelear, pidió hacer guerra.

Más años, más firmeza, más resolución, más deseo de conquista.

Dijo: Dame el monte de los gigantes.

Vio a los gigantes, pero también vio al Dios Todopoderoso.

Deja de llorar, 
ve a conquistar la dificultad más grande, 
la valla más alta, 
el problema más grande.


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