Sagradas Escrituras (1569)
la cual tenemos como por segura y firme ancla del alma,
y que entra hasta en lo que está dentro del velo,
El sumo sacerdote, sólo una vez al año entraba al lugar santísimo, detrás del velo.
Sólo una vez y solo.
Pero Jesús, el sumo sacerdote según el orden de Melquisedec, entró una vez para siempre.
Y, por Él, entramos detrás de Él a su gloria.
¿Ya la experimentaste?
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