domingo, 14 de octubre de 2018

“Muchos llamados, pocos escogidos” – Mateo 22:1-14




(Bosquejo de la predicación del 14/10/018)

Mat 22:1-14
Jesús también les contó otras parábolas. Dijo:  
«El reino del cielo también puede ilustrarse mediante la historia de un rey que preparó una gran fiesta de bodas para su hijo.  
Cuando el banquete estuvo listo, el rey envió a sus sirvientes para llamar a los invitados. ¡Pero todos se negaron a asistir!  
»Entonces envió a otros sirvientes a decirles: “La fiesta está preparada. Se han matado los toros y las reses engordadas, y todo está listo. ¡Vengan al banquete!”.  
Pero las personas a quienes había invitado no hicieron caso y siguieron su camino: uno se fue a su granja y otro a su negocio.  
Otros agarraron a los mensajeros, los insultaron y los mataron.  
»El rey se puso furioso, y envió a su ejército para destruir a los asesinos y quemar su ciudad.  
Y les dijo a los sirvientes: “La fiesta de bodas está lista y las personas a las que invité no son dignas de tal honor.  
Ahora salgan a las esquinas de las calles e inviten a todos los que vean”.  
Entonces los sirvientes llevaron a todos los que pudieron encontrar, tanto buenos como malos, y la sala del banquete se llenó de invitados.  
»Pero, cuando el rey entró para recibir a los invitados, notó que había un hombre que no estaba vestido apropiadamente para una boda.  
 “Amigo —le preguntó—, ¿cómo es que estás aquí sin ropa de bodas?”. Pero el hombre no tuvo respuesta.  
Entonces el rey dijo a sus asistentes: “Átenlo de pies y manos y arrójenlo a la oscuridad de afuera, donde habrá llanto y rechinar de dientes”.  
»Pues muchos son los llamados, pero pocos los elegidos»

Los siervos: los predicadores del evangelio.

Los invitados representan clases de incrédulos: 
indiferentes, 
hostiles; 
burladores insolentes, 
perseguidores crueles.

Destruyó y puso fuego a sus ciudad.

Estos caminos y estas salidas representan los diferentes extravíos, por donde las naciones habían andado, desde que empezaron a apartarse del derecho, negándose a admitir la verdad, y corrompiendo cada uno su camino (Gén 6,12). 

Todos los pueblos sin distinción alguna fueron convidados a la fe de Jesucristo, y al banquete de sus bodas por la predicación del Evangelio, que se publicó y anunció hasta los confines de la tierra.

El llamamiento evangélico atrae a todos.

Entró para ver a los invitados

Un escaneo omnisciente

La demanda que Dios hace sobre la justicia del hombre.

VESTIDO DE BODA

La imagen del vestido de boda es utilizada para mostrar que la fe y la obediencia a la voluntad de Dios son importantes para los miembros de la nueva comunidad que han respondido a la invitación para participar en esa festividad.

Los escogidos han cumplido todos los requisitos.

Los llamados
Kletos
la invitación de Dios para el hombre a aceptar los beneficios de la salvación 
“iglesia”, ekklesia, que significa “llamado a salir”. 
En otras palabras, la Iglesia es el grupo de los llamados (invitados) por Dios a comprender su plan, arrepentirse de sus pecados y recibir el Espíritu Santo.

El llamamiento proviene de Dios, y Él es el único que puede llamar (invitar) a alguien. 

Cristo mismo lo confirma en Juan 6:44 diciendo que “Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo le resucitaré en el día postrero”.

Pablo en su carta a los romanos como “llamados a ser de Jesucristo” y “amados de Dios, llamados a ser santos” (Romanos 1:6-7). Y en su carta a los corintios, el apóstol escribe: “Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamados a la comunión con su Hijo Jesucristo nuestro Señor” (1 Corintios 1:9).

Además de llamarnos a la “comunión con su Hijo” —a tener una relación cercana con Él— Dios nos llama “de las tinieblas a su luz admirable” (1 Pedro 2:9). 

Su llamamiento nos libra de la confusión y las falsas enseñanzas que abundan en el mundo y nos lleva a la luz de su verdad.

Sin embargo, ser llamado no es suficiente para ser santo. 
El siguiente paso es responder al llamamiento (invitación) de Dios.
Para ser escogidos, no sólo debemos aceptar el llamado y estar agradecidos con él, también debemos servir a Dios y su Hijo.
Los escogidos
eklektos, que significa “seleccionado, selecto” y también puede traducirse como “elegido”.
Aunque es Dios quien llama y escoge a las personas, ser “escogido” requiere de una decisión personal; depende de cada uno aceptar el llamado de Dios y actuar en consecuencia de él. 

En 2 Tesalonicenses 2:13-15, Pablo admite “dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salvación, mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad, a lo cual os llamó mediante nuestro evangelio, para alcanzar la gloria de nuestro Señor Jesucristo. Así que, hermanos, estad firmes, y retened la doctrina que habéis aprendido, sea por palabra, o por carta nuestra”.

En otras palabras, Pablo está diciendo que el proceso consta de dos partes: Dios llama y escoge a las personas, pero los hermanos (santos) deben permanecer firmes en lo que se les enseña por medio de la Palabra de Dios o prédicas —deben ser y permanecer obedientes a Dios.

Efesios 1:13 agrega que “En él [Cristo] también ustedes, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fueron sellados con el Espíritu Santo de la promesa”.

Luego de oír la palabra de verdad, debemos tomar la decisión de confiar en Dios, creer en su Hijo y ser sellados con el Espíritu Santo (que Dios da a través del arrepentimiento, la fe y el bautismo.).

No basta con aceptar el maravilloso llamamiento de Dios y luego seguir viviendo como nos parezca. 
Ser escogidos implica ser obedientes a Dios, ser “elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu, para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo: Gracia y paz os sean multiplicadas” (1 Pedro 1:2).

Como Pablo explica, los llamados tienen responsabilidades que cumplir: “vístanse, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo los perdonó, así también háganlo ustedes. Y sobre todas estas cosas vístanse de amor, que es el vínculo perfecto. Y la paz de Dios gobierne en sus corazones, a la que asimismo fueron llamados en un solo cuerpo” (Colosenses 3:12-15).
Nuestra Pascua, que es Cristo, fue sacrificada por nosotros; así que hagamos fiesta”; también Joh_6:51 : 
Gál 3:26  Pues todos ustedes son hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús.  
Gál 3:27  Y todos los que fueron unidos a Cristo en el bautismo se han puesto a Cristo como si se pusieran ropa nueva.

Isa 61:10  ¡Me llené de alegría en el SEÑOR mi Dios! Pues él me vistió con ropas de salvación y me envolvió en un manto de justicia. Soy como un novio en su traje de bodas o una novia con sus joyas.

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