miércoles, 23 de agosto de 2017

Hablemos la Palabra de la cruz


1 Co 1:18 
Porque la palabra
de la cruz es locura
a los que se pierden;

pero a los que
se salvan, esto es,
a nosotros, es
poder de Dios.

No habla de la cruz
sino de la
Palabra de la cruz.

1 Co 1:21 

Pues ya que en la
sabiduría de Dios,
el mundo no conoció
a Dios mediante
la sabiduría,
agradó a Dios
salvar a los
creyentes por la
locura de la predicación.

LOCURA:

Es llamada locura,
porque la cosa predicada
era y es locura para los
hombres sabios
de este mundo.

1 Co 1:22 
Porque los judíos
piden señales, y
los griegos
buscan sabiduría;  

1 Co 1:23 
pero nosotros predicamos
a Cristo crucificado,
para los judíos ciertamente
tropezadero, y para
los gentiles locura;

TROPEZADERO:

Los judíos esperaban
un mesías glorioso,
no un Mesías crucificado
como un criminal.

1 Co 1:24 
mas para los llamados,
así judíos como griegos,
Cristo poder de Dios,
y sabiduría de Dios.

PODER DE DIOS
Y SABIDURÍA

Palabra de la cruz:
se define por lo
que produce
en las personas.

Lo que producía
en las personas:
sabiduría y
poder de Dios.

La Predicación de
Jesús crucificado es
más poderosa que
toda la oratoria y
la filosofía del
mundo pagano.

Lo que se produzca
en nosotros traerá
beneficio para
salvación de miles.

La Palabra de la cruz
no queda en el intelecto

sino trae de lo
invisible a lo visible.

La Palabra de la cruz:

Trastornaba a los
que la oían.

No quedaban igual.

La odiaban o
la amaban.

La Palabra de la cruz
afecta tu vida
para siempre.

AFIRMACIÓN:

Una Iglesia más activa,

más poderosa,

manifestando
más sabiduría,

capaz de traer
soluciones al mundo
en que vivimos.

La Palabra de la cruz:
1.
Dios de hizo hombre
2.
Jesús fue crucificado,
muerto y sepultado.

3.
Jesús resucitó
en el poder de Dios

La palabra de la cruz
es el poderoso instrumento
de la salvación,

la más alta demostración
del poder de Dios

Romanos 1:16

Porque no me avergüenzo
del evangelio, porque
es poder de Dios
para salvación

a todo aquel que cree;
al judío primeramente,
y también al griego.

Predicamos
a Cristo,

no discutimos
ni disputamos.

Predicamos a Cristo
no como un hacedor
de señales

ni como un filósofo

sino como el Mesías,
crucificado y resucitado.

Hablemos la

Palabra de la cruz.

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