Juan 10:3
A éste abre el portero,
y las ovejas oyen su voz;
y a sus ovejas llama por nombre,
y las saca.
El Espíritu Santo habilita a los pastores para cuidar a las ovejas.
Las ovejas distinguen la voz de su pastor con comprensión y aprecio y la siguen.
Las ovejas aprenden a distinguir el timbre de la voz de su dueño y lo siguen en fila.
Los pastores van de mañana al redil donde están las ovejas mezcladas de varios pastores.
Uno por uno, los pastores se ubican en el portón del redil y comienzan a cantar y silbar.
Todas las ovejas suyas se levantan de entre las otras y comienzan a seguirle, dejando a todas las demás en su lugar y esperando su turno.
El pastor las saca para alimentarlas, porque oyen su voz.
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