domingo, 22 de mayo de 2016

El reino de Dios se forja con débiles

El reino de Dios se forja con débiles

Jeremías

Jeremías 1:6 —Oh Soberano SEÑOR —í—. ¡No puedo hablar por ti! ¡Soy demasiado joven!

Jeremías 1:7
—No digas: “Soy demasiado joven” —me contestó el SEÑOR—, porque debes ir dondequiera que te mande y decir todo lo que te diga.

Jeremías 1:8
No le tengas miedo a la gente, porque estaré contigo y te protegeré. ¡Yo, el SEÑOR, he hablado!

Jeremías 1:9
Luego el SEÑOR extendió su mano, tocó mi boca y dijo: «¡Mira, he puesto mis palabras en tu boca!
su cuerpo.

Moisés

Éxodo 4:8
El SEÑOR le dijo a Moisés: —Si no te creen ni se convencen con la primera señal milagrosa, se convencerán con la segunda.

Éxodo 4:9
Y si no te creen ni te escuchan aun después de estas dos señales, entonces recoge un poco de agua del río Nilo y derrámala sobre el suelo seco. En cuanto lo hagas, el agua del Nilo se convertirá en sangre sobre el suelo.

Éxodo 4:10
Pero Moisés rogó al SEÑOR: —Oh Señor, no tengo facilidad de palabra; nunca la tuve, ni siquiera ahora que tú me has hablado. Se me traba la lengua y se me enredan las palabras.

Éxodo 4:11
Entonces el SEÑOR le preguntó: —¿Quién forma la boca de una persona? ¿Quién decide que una persona hable o no hable, que oiga o no oiga, que vea o no vea? ¿Acaso no soy yo, el SEÑOR?

Éxodo 4:12
¡Ahora ve! Yo estaré contigo cuando hables y te enseñaré lo que debes decir.

Hechos 7:22
A Moisés le enseñaron toda la sabiduría de los egipcios, y era poderoso tanto en palabras como en acciones.

Cuando reconoces tus incapacidades

Cuando reconoces tu dependencia al Espíritu Santo

Cuando sólo eres fuerte en Dios

Joel 3:10
Forjen las rejas de arado y conviértanlas en espadas y sus herramientas para podar, en lanzas. Entrenen aun a los más débiles para que sean guerreros.

2 Corintios 12:9

Cada vez él me dijo: «Mi gracia es todo lo que necesitas; mi poder actúa mejor en la debilidad». Así que ahora me alegra jactarme de mis debilidades, para que el poder de Cristo pueda actuar a través de mí.
El problema no está en nuestra debilidad
El problema está en que no perfeccionamos su poder en nosotros

El Reino se forja con débiles rendidos en las manos del Dios Todopoderoso

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