viernes, 11 de octubre de 2013

Un toque de fe cierra un proceso

El poder que tienen las palabras de la Fe - Parte XIII
Un toque de fe cierra un proceso

Marcos 5.24
Y fue con él, y le seguía gran compañía, y le apretaban.
25, -26.
Y una mujer… había sufrido mucho de muchos médicos
y había gastado todo lo que tenía, y nada había aprovechado, antes le iba peor
27.
Como oyó hablar de Jesús, llegó por detrás entre la compañía y tocó su vestido
28.
Porque decía: Si tocare tan solamente su vestido, seré salva
29.
Y luego la fuente de su sangre se secó
30.
Y luego Jesús, conociendo en sí mismo la virtud que había salido de él…

Lo que más me impresiona de esta mujer es la capacidad de arrebatar la bendición.

Se agiganta con este toque, no necesitó un abrazo, ni una palabra, ni que la ministren, ni la oración, ni el ayuno, ni la imposición de manos…

Sólo tocar el manto… pura gracia.

Se ve que aunque había gastado todo lo que tenía materialmente aún le quedaba la fe.

Al oír de Jesús dijo, dijo, dijo:

“Si sólo toco su manto…”

Superó su mentalidad de fracaso, más de doce años intentando detener su fuente de sangre…

Superó su estructura religiosa, pasó por arriba de la ley ceremonial, porque no debía tocar a un hombre…

Superó toda postergación, no sólo estaba discriminada por inmunda sino muy pobre y enferma.

Vio a Jesús y se zambulló a la fe.

¿Qué obtuvo?

Activó la fuente de la virtud.

Salió virtud de Jesús…

E inmediatamente salió la enfermedad de su cuerpo, su fuente se secó

Un toque de fe cierra un proceso de muchos años.

¿Qué esperas?

El contacto voluntario, guiado por una fe viva, es el único medio para alcanzar la virtud salvadora que Jesús ofrece.


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